La mentira de los 5 a los 6 años.

¿Mienten a menudo nuestros hijos? A veces de forma inocente y otras veces con premeditación, los niños mienten. Es casi una manera natural de comunicación para ellos. La mentira en el niño no siempre es fuente de problemas, así que es muy necesario conocer sus motivos y sus causas para poder tratarla mejor.

En esta etapa parece que es cuando los más pequeños empiezan a “descubrir” la mentira, o al menos suele ser el momento en que los padres empiezan a ser conscientes de que sus hijos mienten. ¿Por qué los niños no han mentido hasta ahora? ¿Es en este momento cuando descubren las “ventajas” de las mentiras? (Para no tener que hacer los deberes, para evitar un castigo…).

Los niños “mienten”, es decir, se inventan cosas desde los 3 años. Esto es debido a que su uso del lenguaje es más complejo, su forma de pensar es más complicada. Si nuestro hijo es pequeño (3-5años), es probable que sus mentiras se den como parte de un juego, como una fantasía; este recurso disminuirá a medida que vaya madurando.Hermanos (2)

Los niños pequeños (3 a 6 años) suelen confundir la realidad con la fantasía. Por eso, cuando juegan crean un mundo casi tan real como la vida; les gusta hacer cuentos e inventar historias. En esta edad es cuando nuestro hijo nos hace cómplices de sus juegos, pretende que participemos de su mundo, de su realidad. Los niños crean un juego, un mundo irreal, pero su intención es totalmente inocente, no mienten con malicia.

Cuando nuestros hijos empiezan a tener mayor conciencia de la realidad (a partir de los 6 años) y se dan cuenta de que, a veces, alterando la verdad pueden conseguir ciertos beneficios, empiezan a moldear la realidad para obtener cosas, empiezan a intentar engañarnos y es ahí donde la mentira empieza a ser un peligro.

Al ir creciendo, empieza a mentir por otros motivos:

  • Exigencia: cuando exigimos y esperamos mucho de nuestros hijos, pueden mentirnos para no defraudar nuestras expectativas.
  • Imitación: nuestros hijos suelen adoptar el modelo que observan en casa así que, si observan que sus padres mienten, lo considerarán algo normal y habitual.
  • Miedo: mentir suele ser la mejor manera de evitar un castigo o una reprimenda. Sobre todo cuando nuestros hijos saben de antemano que esa va a ser nuestra actuación. Es la causa más frecuente de las mentiras de los hijos.
  • Atención: mentir para llamar la atención. Los que lo hacen por este motivo suelen relatar historias con gran entusiasmo, ya que así reciben mucha atención mientras cuentan la mentira. Les sirve para reforzar falsamente su autoestima.
  • Nerviosismo: la mentira es una manera de responder a la ansiedad que padece. Oculta un problema «maquillándolo» con otro.
  • Creencia: cuando el niño se cree sus propias mentiras e intenta convencer también a los demás de que son verdad.

Nuestros hijos utilizan las mentiras como “arma defensiva”, a los padres deben de servirnos para detectar posibles problemas que ellos no pueden resolver por si mismos. Son peculiares llamadas de auxilio que nuestros hijos nos envían «a su manera».

– ¿Son conscientes ya de lo que es una mentira?:

Sí, con 6 años el desarrollo madurativo permite que el niño “engañe” para evitar un castigo o conseguir un beneficio.

– ¿Cómo debemos actuar ante esas mentiras? Explicándoles los perjuicios que acarrean, hablándoles de la confianza, reprobando su comportamiento…

¿Cómo debemos comportarnos ante las mentiras de nuestro hijo?IMG_7731 copia

  • Determinar por qué miente y qué le motiva a mentir.
  • Favorecer la comunicación familiar. Procurar que se sienta cómodo expresando lo que siente, independientemente de lo que diga, y que sea capaz de responsabilizarse libremente de sus actos.
  • Demostrarle que nuestro cariño por él es independiente de sus opiniones o actos.
  • Ofrecerle modelos claros de responsabilidad y sinceridad. No podemos decir nosotros «mentiras piadosas» o prometer cosas que no vamos a cumplir.
  • Inculcarle el valor de la honestidad. Explicarle la diferencia entre fantasía y realidad, y entre verdad y mentira.
  • No ridiculizarle ni exagerar nuestra reacción ante una mentira. En cualquier caso, hablar con él en privado.
  • Ser pacientes pero a la vez firmes con nuestros hijos. No seamos demasiados estrictos en cosas que no son realmente importantes y expliquemos claramente el motivo de nuestras prohibiciones. La comprensión de las normas le facilitará el cumplimiento de las mismas y le permitirá valorar las consecuencias de su desobediencia.
  • Cuando nuestro hijo cuente la verdad, debemos felicitarle por su valentía y procuraremos, dentro de lo posible, relativizar su falta, y demostrarle que seguimos confiando en él.
  • Es importante que nuestros hijos vean que es mejor decir la verdad que mentir, principalmente porque hará que siempre confiemos en ellos y por lo tanto les demos más responsabilidades y libertades.

– Se podría distinguir entre diferentes tipos de mentiras: cuando no hacen daño a nadie y cuando perjudican a terceros, por ejemplo. Estas últimas suelen asustar más a los padres: dicen que ha sido el abuelo quien le ha dicho que puede comer esa tarta o que fue su amigo del colegio quien rompió la ventana. ¿Hay que preocuparse más por estas últimas? ¿Por qué evitan su responsabilidad cargando sobre otros?

No hay que preocuparse más, se trata de otra mentira, los niños están probando los límites con el adulto, quieren saber hasta donde pueden llegar.

– Siempre se relaciona la mentira con la imaginación pero, ¿es necesario que los niños sean creativos para poder mentir?

Sí. Todos los niños son creativos y fantasiosos en cierta medida. Los más creativos dirán mentiras más complicadas y ricas en detalles.

– ¿En algún caso pueden ser una llamada de atención?

Sí. Los que lo hacen por este motivo suelen relatar historias con gran entusiasmo, ya que así reciben mucha atención mientras cuentan la mentira. Les sirve para reforzar falsamente su autoestima.

Antes de que la mentira se convierta en un problema más grave, intentemos prevenir y tratar sus motivos y sus causas. Si logramos entenderlos, seguramente renunciarán a este hábito de mentir. Si no llegara a desaparecer, lo más recomendable será buscar orientación profesional.

 

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